Más de 25.000 personas se hicieron presentes en el playón del Estadio Mario Alberto Kempes para darle vida a un nuevo ritual piojoso en la ciudad de Córdoba, tras unos quince años. Cerca de las 21:30hs sonaron los primeros acordes de «Fantasma» y así comenzó el show, que terminó durando más de tres horas.
El arranque fue demoledor con tres canciones al hilo, sin darle respiro a los fans: «Fantasma», «Desde lejos no se ve» y «Ruleta». Entre las curiosidades del espectáculo, de arranque se podía ver la presencia de la bajista Luli Bass en lugar de Micky Rodríguez, lo que era un cambio cantado. Durante «Tan solo» se la pudo ver a Luli Bass acompañar a Ciro Martínez al bajar del escenario y caminar junto a las vallas saludando a los seguidores.
También hubo momentos para la emoción, como cuando se dedicó «Sudestada» al recuerdo de Tavo Kupinski, el fallecido guitarrista de la banda, con la participación de su hermano Matías Kupinski.
Otra particularidad del show fue la presencia de dos baterías. Y es que Daniel Buira suele tocar las canciones más antiguas del grupo y Roger Cardero las de los últimos discos, sin embargo, hubo varios momentos en que tocaron en simultáneo. Cabe mencionar la ausencia del histórico tecladista Chucky De Ipola, que fue reemplazado por Emilio Cucchiarelli.
En la composición de la banda también se notó la incorporación de un buen set de vientos (saxo, trompeta y trombón), que le agregaron una cuota de poder y varios solos a lo largo de la noche.
En «Pistolas» subieron al escenario los hijos de Ciro, Piti y Pocho, a cantar y tocar. Los familiares se volvieron a hacer presente en «Verano del 92» en forma de murga, llamada «Las Liendres», que acompañaron la percusión de la canción.

Promediando las dos horas y media, la banda anunció que tocaba su último tema, pero al finalizarlo y tras el pedido de bis, tocó una más, y otra, y otra, hasta superar largamente las tres horas. En «Como Alí» fueron invitados Los Caligaris, que con su energía habitual y jugando de locales, estallaron el escenario. Durante «Muévelo» unos diez fanáticos se subieron a bailar con Ciro. El cierre fue con «Murguita», un cambio ya que venía siendo con «Finale» en otras presentaciones, mientras mencionaban a todas las banderas presentes. Cuando la gente ya se desconcentraba, se escuchó la armónica de Ciro entonar las primeras notas del Himno Nacional, pero se quedó solo en esos primeros segundos.
Unos quince años tuvo que esperar Córdoba para volver a ver a Los Piojos. Ahora, el 21 de junio en el estadio de River se anuncia como el nuevo adiós. Una mezcla de sensaciones entre la alegría de disfrutar de una banda histórica de nuestra música y la tristeza de no poder hacerlo más a menudo. Esperamos que esta despedida no sea por quince años más.