Whirlpool anunció el cierre de su planta de lavarropas ubicada en el parque industrial de Fátima, en el municipio de Pilar y desvinculó a 220 trabajadores incluyendo equipos vinculados a la cadena de suministro y áreas de gestión. La decisión, argumentó la compañía, obedece a una revisión de su modelo productivo en el país.
La filial argentina de la firma, a partir de ahora concentrará su operación en ventas y servicio, “garantizando el abastecimiento de electrodomésticos, accesorios y repuestos en todo el territorio de Argentina”. Es decir, pasará a importar todos los productos.
El repliegue productivo se conoce tres años después de que la empresa inaugurara la planta. En 2022 Whirlpool había invertido 52 millones de dólares en esta fábrica que cuenta con una superficie de 30.000 metros cuadrados y se presentaba como la más moderna de su tipo en el mundo. Allí empleaba a 460 trabajadores de manera directa y a más de 1000 de forma indirecta. El sitio tenía capacidad para producir un lavarropas cada 40 segundos y 300.000 unidades al año, con el 70% destinado a exportación, lo que suponía la recuperación del perfil exportador de la firma tras dos décadas. La compañía incluso había adquirido un terreno lindero para expandirse.
Estos números comenzaron a bajar en 2024 y se acentuaron a medida que se abrían más las importaciones y se descuidaba a la industria local. De hecho, en mayo del año pasado, el Gobierno redujo los aranceles de importación de heladeras y lavarropas, de un 35% a un 20%.
El caso de Whirlpool se suma a un 2025 atravesado por despidos en grandes empresas de todo el país. Entre los más recientes, por ejemplo, figura el de la tradicional empresa de productos de cocina Essen que redujo el personal de su planta de Venado Tuerto. En julio, Grupo Dass -fabricante local de marcas como Nike, Adidas y Fila-, anunció también la desvinculación de 164 trabajadores. La decisión de sustituir la producción local con importación también la tomó la metalúrgica santafecina Cramaco, que acaba de anunciar el cierre de su planta en la localidad de Sastre y su vuelco a la venta de generadores de energía importados. Desde el ala de consumo masivo, ese mismo mes, Kenvue -dueña de etiquetas como Siempre Libre y Carefree- cerró sus líneas de producción en la planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar, para pasar a un modelo basado 100% de importaciones. La caída de la demanda también fue el factor decisivo en la decisión de la firma Ilva en cerrar su planta de pisos cerámicos en Pilar, con el consiguiente despido de más de 300 empleados.
La lista de empresas industriales en crisis también incluye a alimenticias. A comienzos del año, Dánica cerró su histórica planta de Llavallol. Recientemente, La Suipachense, directamente fue a la quiebra.




