Con la intención de relevar las condiciones y características de los trabajadores que generan sus ingresos fuera del sistema formal, científicos de la provincia de Córdoba, que forman parte del proyecto «Estudio interdisciplinario de la economía popular en la Provincia de Córdoba: generación de conocimiento y herramientas de intervención orientadas al ámbito público», han dado a conocer algunos datos fundamentales para analizar las dinámicas de la economía popular. Según destaca el portal UNCiencia, se trata de “una herramienta inédita para la gestión social y gubernamental, resultado del aporte interdisciplinario de más de 25 personas investigadoras y becarias del Conicet y de las universidades nacionales de Córdoba y de Río Cuarto”.
Entre los aspectos destacados, la composición de género es uno de los datos más sobresalientes. Los registros indican que dentro de la economía popular, hay una proporción levemente mayor de hombres (57%) que de mujeres (43%). Este último grupo está compuesto principalmente por jóvenes, mientras que los varones son mayoritariamente trabajadores que superan los 46 años de edad.
En cuanto a las ocupaciones, un tercio de las personas que trabajan en la economía popular en Córdoba se dedican al comercio al por mayor y al por menor, mientras que el 14% trabaja en la construcción, el 10% en servicios personales (como limpieza de ropa y calzado, estética y peluquería) y el 8% en el sector industrial y sus ramas asociadas. El restante 38% se dedica a una variedad de actividades incluidas en la categoría «otras», como la agricultura, la recolección de residuos, el transporte, la logística, la enseñanza, entre otras.
En cuanto al nivel de ingresos, casi la mitad de la población de la economía popular en Córdoba (46%) se encuentra por debajo de la línea de pobreza, y dentro de ese grupo, el 23% vive en situación de pobreza extrema, lo que representa el 11% del total.
Aunque los ingresos de un trabajador o trabajadora de la economía popular representan la mitad del salario promedio de un trabajador no profesional con un salario formal, sus ingresos son un 23% más altos que los de quienes trabajan en empleos informales no profesionales.
Los datos muestran que una gran parte de la población trabajadora de la economía popular tiene varios trabajos simultáneos. Aunque muchos trabajadores tienen una actividad principal, como costura, albañilería, trabajos de campo, carreros y feriantes, la mayoría de ellos tienen que desempeñarse en diferentes ocupaciones para poder garantizar su subsistencia, ya que la falta de estabilidad y seguridad en el trabajo son sistémicas. Además, estos trabajadores no tienen acceso a sistemas de previsión y seguridad social.
El informe destaca que la pluriactividad es valorada como una forma de tener cierta autonomía en la forma de ganarse la vida, lo que incluye la dignidad y evita relaciones humillantes y alienantes en trabajos asalariados. También les permite tener cierta soberanía en otros aspectos de la vida, como poder llevar a sus hijos al médico o quedarse en casa en caso de enfermedad.
Sólo el 30% de los trabajadores de la economía popular en Córdoba reciben algún tipo de ayuda social, ya sea en forma de transferencias de ingresos estatales o ayuda financiera. A pesar de que hay una creencia común de que estos sectores viven de la asistencia pública, en realidad el 70% de ellos dependen completamente de los ingresos que generan en el mercado.