En el país, las personas con educación superior registran una tasa de desempleo de 4,1 por ciento, frente a 7,2 por ciento entre quienes tienen secundaria completa y 7,8 por ciento entre quienes no la finalizaron. También perciben, en promedio, un 63 por ciento más de ingresos que los egresados del nivel medio. Ambos indicadores confirman que estudiar mejora de manera directa las oportunidades laborales.
El retorno crece a medida que avanza el nivel educativo. Entre adultos, una maestría se asocia con ingresos dos coma cinco veces superiores a los de la secundaria. Una licenciatura implica alrededor de 75 por ciento más y una tecnicatura corta aporta cerca de 30 por ciento por encima del título medio.
La secundaria terminada también ordena mejores resultados, aunque con menor diferencia que en el promedio de la OCDE. En Argentina, quienes no completaron el nivel medio ganan 13 por ciento menos que quienes sí lo hicieron, frente a 17 por ciento en la comparación internacional. Al mismo tiempo, la proporción de jóvenes de 25 a 34 años con título superior se mantiene baja en relación con la OCDE, lo que subraya la necesidad de ampliar el acceso y la permanencia.
Para el futuro profesional, la combinación de credenciales y aprendizajes es el camino más sólido. La OCDE vuelve a constatar que la educación terciaria se asocia con mayores ingresos, empleo más estable y mejores trayectorias de vida, lo que refuerza la importancia de políticas que acompañen y fortalezcan las trayectorias formativas en todo el país