Las islas Malvinas están situadas en el Mar Argentino a unos 600 km, aproximadamente, de la costa patagónica, poseen una superficie de 11.718 km2. Las islas y sus espacios marítimos e insulares pertenecen a la plataforma continental argentina. De hecho, comparten procesos de formación geológica con algunos sectores de la Patagonia. La continuidad y la contigüidad señalan que la proximidad geográfica de las islas con su territorio otorga a la Argentina un derecho preferente sobre ellas.
Por otro lado, la Corona Española se atribuyó el descubrimiento de las Islas y estuvo a cargo de su administración a través del Virreinato del Río de la Plata. Incluso, España fue la primera en reclamar la soberanía frente a las ocupaciones británicas y francesas del siglo 18.
Cuando nuestro país se independizó en 1816 continuó con los actos de gobierno del virreinato: nombró un gobernador, emitió permisos de pesca y mantuvo un penal y una base militar en funcionamiento. Estos son hechos que permiten inferir que la Argentina continuó con la ocupación efectiva de las Islas.
Además, los estados americanos luego de sus procesos de independencia alegaron el principio de uti possidetis iuris, una jurisprudencia que funciona como una especie de «herencia» en favor de las ex colonias. Los límites administrativos que existían al momento de independizarse se convierten en los límites del Estado que comienza a formarse. El Uti possidetis iuris tiene mucho peso en el derecho internacional y ha sido reconocido en otros casos. Un precedente muy importante es la sentencia de la Corte Internacional de Justicia, en 1980, en el caso de Burkina Faso contra Mali, donde reconoce que éste es un principio universal que puede aplicarse en cualquier proceso de descolonización y le otorga un estatus jurídico superior al que tendría si fuera sólo regional.
En 1833, bajo la administración del Estado Argentino, Gran Bretaña invadió las islas, mediante un acto de fuerza ilegítimo, y expulsó a autoridades y ciudadanos argentinos. De esta manera comenzó la usurpación efectiva de Malvinas, desconociendo los reclamos diplomáticos.
En ese momento, se permitía que un Estado adquiriera un territorio por medio de la conquista, pero para esto debía cumplir con una serie de requisitos: tenía que existir un enfrentamiento armado entre dos estados, del que uno saliera victorioso, y debía firmarse un acuerdo de paz donde se cedían las tierras al estado vencedor. Por supuesto, estas condiciones jamás se cumplieron, por lo que nuestro país declaró a esta invasión como ilegítima. Desde entonces, la Argentina jamás renunció a sus derechos soberanos y encaró diferentes reclamos diplomáticos. Nuestro país obtuvo el pronunciamiento favorable de Naciones Unidas y de organismos multilaterales como la Organización de los Estados Americanos, UNASUR, CELAC, MERCOSUR, G77 + China y de cumbres de países africanos y árabes.
En su reforma de 1994, nuestra Constitución Nacional expresa que «la Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes y conforme a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino».
Independientemente de los argumentos geográficos, históricos y de identidad nacional, sostener el reclamo soberano es importante porque se disputa nuestro patrimonio natural, además de recursos naturales estratégicos, como los hidrocarburos. En la región de las Malvinas evoluciona una diversidad particular de flora y fauna en ecosistemas y hábitats muy diferentes. Además, se encuentran rodeadas por cuatro cuencas marinas con potenciales recursos hidrocarburíferos de nivel comercial: la cuenca Norte, la menos valiosa en términos económicos por sus bajas profundidades y cercanía a las islas pero la de mayor potencial petrolero, las cuencas ubicadas al sur y al este, de mayores profundidades, y la cuenca oeste de las islas.
Desde el regreso de la Democracia, nuestro país ha reiterado constantemente ante organismos internacionales, regionales y ante la comunidad en general, el llamado al Reino Unido a reasumir las negociaciones de soberanía, conforme con las resoluciones y declaraciones pertinentes de la ONU y la OEA, expresando la permanente disposición argentina. En el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas rendimos homenaje a todos aquellos soldados que, con valentía y coraje, defendieron nuestro territorio. Pero también debemos seguir ratificando el reclamo por la plena soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes.