El Premio Tyler, conocido como el “Nobel del Medio Ambiente”, es otorgado por la Universidad del Sur de California. El Comité Ejecutivo resolvió reconocer a Díaz y Brondízio con este galardón por su compromiso en la investigación de la pérdida de biodiversidad y sus efectos en las sociedades humanas. Además, recibirán un premio de 250.000 dólares por su contribución al campo.
Sandra Díaz destaca por sus investigaciones sobre las conexiones profundas entre los seres humanos y la naturaleza. Desde el Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal (IMBIV, CONICET-UNC), impulsa el reconocimiento de la justicia socioambiental y la importancia de integrar la biodiversidad en políticas públicas y económicas.
Por su parte, Eduardo Brondízio, especialista en estudios sobre la Amazonia, hace un llamado a transformar la relación entre las decisiones políticas, el financiamiento climático y la biodiversidad. Ambos investigadores han trabajado juntos en el Informe de Evaluación Global de la IPBES, un documento clave para la Convención de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad.
“Estamos conectados, para bien o para mal”, afirmó Díaz, al subrayar que las personas no están separadas del entorno natural. Sus estudios muestran la interdependencia entre la vida humana y la no humana, y llaman a asumir una responsabilidad compartida en la trama de la vida en el planeta.