Luego de las críticas, las redes sociales estallaron a favor de la artista convirtiendo a “lali depósito” en tendencia número uno en X. Una de los posicionamientos más fuertes vino por parte de Catriel Ciavarella, baterista de Divididos, quien posteó: “el sábado quise tocar en Cosquín con una remera de Lali. Sobradas eran ya las razones para hacerlo. Y hoy, tristemente, son más las que apuran este posteo; el grado de miserabilidad del presidente no tiene precedentes -o son demasiado oscuras- y se vuelve insoportable”.
A su vez, el presidente arremetió nuevamente contra el festival argumentando que : “Córdoba hace el Cosquín Rock, que es privado, pero en subsidios les da a los artistas más de mil millones de pesos. Entonces, todos los artistas que estuvieron ahí, por ejemplo Lali ‘depósito’ cobró la del Estado”. Aunque uno de los periodistas intentó explicar, sin ser escuchado, que no eran subsidios lo que se brindaba al festival sino exenciones impositivas. Esto quiere decir que el estado otorga a empresas que generan condiciones de consumo un alivio del gasto tributario.
Resulta una ironía por parte del presidente, el cual se jacta de que los impuestos son una forma represiva del estado. Entonces, pareciera ser que ahora las exenciones impositivas a los empresarios privados que invierten miles de millones son un simple “subsidio”.
En un contexto en donde se viene pidiendo consensos para construir una Argentina mejor, lo único que pareciera importarle al presidente es dinamitar todo canal de diálogo con los que piensen diferente a él.