El contexto de la industria armamentística
La segunda enmienda de Estados Unidos sancionada en 1791 plantea que: “siendo necesaria una Milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo a poseer y portar armas, no será infringido”. Estos textos datan de una época en que era necesario dotar a las tropas civiles de armas para defender el proceso independentista. La misma retórica es utilizada actualmente como argumento para sostener la industria armamentística, muy lejos de los anhelos de libertad y más cercanos a las ideas de libertinaje.
Pero ¿qué tan importante es la industria armamentística de Estados Unidos? Hablar de este tema es referirnos a un verdadero imperio de los negocios. Se trata de una industria que no conoce la palabra “crisis” y que no paró de crecer en décadas. Entre guerras y venta de armas a civiles, la firma norteamericana Lockheed Martin (el mayor fabricante mundial), tiene ganancias netas superiores a los 30 mil millones de dólares, cinco veces superior al presupuesto de misiones de paz de la ONU.
En este contexto, según SIPRI (Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo), las compañías estadounidenses dominan el llamado top 100 de empresas militares, ocupando los primeros cinco lugares del ranking mundial: Lockheed Martin, Boeing, Northrop Grumman, Raytheon y General Dynamics. En donde las ventas de estas cinco compañías representan más del 30% de las ventas totales de armas a nivel mundial.
Alexandra Marksteiner, investigadora de SIPRI, señalo: “los gigantes de la industria estuvieron ampliamente protegidos por la demanda sostenida de los gobiernos de bienes y servicios militares, en muchas partes del mundo el gasto militar creció y los gobiernos aceleraron pagos a la industria para mitigar el impacto de la crisis”. Así, el gasto militar viene en un constante crecimiento acumulativo desde 1992 (caída de la URSS), con un solo pequeño retroceso del 1,9% anual en el 2012, producto de la crisis mundial generalizada.
¿Cuántas armas se fabrican anualmente? Según datos de Amnistía Internacional, cada año se fabrican en el mundo 8 millones de armas pequeñas y 15.000 millones de cartuchos de munición. Solo el mercado de las armas pequeñas tiene un valor de 8.500 millones de dólares anuales.
La Asociación Nacional del Rifle y el lobby
Considerada “la organización de derechos civiles más antigua de Estados Unidos”, la Asociación Nacional del Rifle (NRA), surge en 1871 con la idea de fomentar el uso recreativo del tiro. En 1934 esta asociación hace un salto a la política, cuando promueve la aprobación de la Ley Nacional de Armas de Fuego que consistía en un proyecto que posibilitaba el acceso y la adquisición de armas de fuego y armamento en general. Ley que será modificada en el año 1968, facilitando aún más el acceso a fusiles y pistolas.
El principal objetivo de la NRA es promover la libertad para la tenencia de armas de fuego entre civiles, alegando la defensa de la segunda enmienda.
Pero ¿Cuánto poder tiene una organización como la NRA?
La estimación de la cantidad de socios que pertenecen a la Asociación del Rifle, es un número por demás debatible. Internamente la NRA asegura tener más de 5 millones de socios activos. Mientras que una investigación de “Pew Research Center” asegura que casi 20 millones de personas se reconocen como miembros de la organización, aunque no militen de forma activa en el cotidiano.
La agrupación no solo tiene capacidad de movilización en cantidad de personas sino (y más importante para un país como Estados Unidos), la capacidad de formar parte del poder real de la nación. A lo largo de su historia, nueve presidentes fueron miembros de la NRA, incluyendo al último mandatario en dejar el salón oval, Donald Trump. También participan actores de renombre y personalidades del espectáculo.
Una encuesta realizada por la Revista Fortune, colocó a la Asociación del Rifle como uno de los tres grupos de presión más influyentes del país. A su vez, según una investigación del The Washington Post, la NRA tiene las influencias necesarias en la aprobación de leyes y proyectos del Congreso de la Nación. Habitualmente son los miembros del partido Republicano los que reciben la mayor cantidad de contribución por parte de la NRA. Marcos Rubio, senador por Florida, recibió aproximadamente 3 millones de dólares en contribuciones por oponerse al control de las armas.
La idea civil de armar a un pueblo.
Estados Unidos, no cuenta con un registro nacional en donde quede asentado quienes tienen armas. En 30 estados se permite portar armas a la vista del público sin necesidad de tener ninguna licencia. En 12 estados se permite llevar armas pero de manera oculta, también sin necesidad de licencia o permiso. Sólo en 7 estados se exige presentar una justificación por la portación de armas de fuego.
Mientras que en el Congreso de los Estados Unidos las dificultades para trabajar en la regulación para la adquisición y porte de armas sigue siendo dificultoso, Joe Biden recientemente llamó a restringir la venta de fusiles de asalto y armas de grueso calibre. Apuntó directo contra el partido republicano por oponerse a toda prohibición armamentística y argumentó que están a la vista las consecuencias de que los espacios públicos y las escuelas “se hayan convertido en campos de exterminio, en campos de batalla”. A su vez, el mandatario, instó a la población a “hacer algo” y puso en duda a la segunda enmienda tras afirmar que no puede ser absoluta. “No se trata de quitarle los derechos a nadie, se trata de proteger a las familias, de proteger a los niños, a comunidades enteras. La libertad de ir a la escuela, al supermercado, a la iglesia y de no acabar tiroteado”, resaltó.
Con las cifras de asesinatos con armas de fuego más escalofriantes del planeta, el presidente Biden señaló: “según la información que conseguimos de los centros de enfermedades, las armas son el asesino número uno de los niños en Estados Unidos. Es la causa número uno, más que accidentes de tráfico, más que el cáncer en las últimas dos décadas”. El planteo del Presidente está amparado por los números: en los últimos veinte años murieron más niños en edad escolar a causa de armas de fuego que agentes de policía y militares activos juntos.
Según Amnistía Internacional, la violencia con armas de fuego es una tragedia cotidiana que afecta la vida de 500 personas por día alrededor del mundo. En Estados Unidos mueren estimativamente 39.000 personas por año, con un promedio de 360 personas que reciben un disparo por día y sobreviven al menos hasta llegar al hospital.
El proyecto Ohio y el pánico escolar.
A partir del último tiroteo en la escuela de Uvalde, Texas, el Congreso del estado de Ohio aprobó el proyecto que autoriza a los docentes escolares la tenencia de arma de fuego, con una simple formación de tiro de 24 hs. Los impulsores de esta ley sostienen que no se puede esperar la llegada de los socorristas cada vez que hay una de estas tragedias.
El texto aprobado, deja libertad opcional para que cada centro educativo decida si sus profesores llevan armas de fuego o no. Ohio, un estado fuertemente Republicano y donde el NRA es fuerte, tiene libre portación de armas de fuego y también es uno de los que más violencia sufre en lo que respecta a incidentes con las mismas.
La ley, aprobada por 54 votos republicanos contra 31 votos negativos demócratas, se debate en un momento de tensión social por la cantidad de tiroteos “aislados” que hay en el país.
Para Amnistía Internacional, la única forma de acabar con esta masacre es aplicar soluciones integrales a la sociedad. Entre ellas, la creación de un sistema nacional de licencias y registros de armas para controlar exhaustivamente quien porta cada pistola, fusil o rifle.
Por el momento, el panorama es desolador y hay pocas posibilidades de que el Congreso pueda aprobar una ley federal que regule la portación de armas de fuego. Como siempre, el negocio de pocos termina afectando a muchos. Un país asediado por la violencia civil encubierto en la voz de la libertad