Una nueva publicación elaborada por el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) y el think tank Fundar reveló que el gobierno de Javier Milei aplicó el mayor ajuste del gasto social desde 2002. El recorte se concentró principalmente en programas dirigidos a jóvenes y adultos mayores, quienes resultaron los sectores más afectados por la reducción presupuestaria.
Según el informe, la inversión social para jóvenes cayó un 39,8% durante 2024, destacándose la fuerte baja en las becas Progresar, que registraron una reducción del 63,3%. Esta caída se explica tanto por la disminución de los montos otorgados como por la reducción en la cantidad de beneficiarios. Asimismo, los programas de empleo y cooperativas, como Potenciar Trabajo y sus reemplazos, también sufrieron un ajuste del 59,8% en términos reales.
En el caso de los adultos mayores, el informe señala una baja del 9,3% en las jubilaciones y pensiones no contributivas. Si bien los haberes mínimos mostraron una leve recuperación hacia fines de 2024, la caída real promedio durante el año fue del 14,9%, incluso contando los bonos extraordinarios otorgados por el Ejecutivo.
En total, el ajuste en programas no contributivos destinados a jóvenes, adultos y personas mayores representó más de 5,6 billones de pesos a diciembre de 2024. Esta cifra triplica el recorte realizado durante el gobierno de Mauricio Macri entre 2015 y 2019, lo que marca la magnitud del impacto del actual plan de ajuste.
En contraste, el estudio destaca que la inversión social en niñez creció un 13,8% durante el mismo período. Esta suba se debió, principalmente, al incremento del 47,48% en términos reales de la Asignación Universal por Hijo (AUH), que permitió mejorar la cobertura de necesidades básicas en los hogares más vulnerables. Según el informe, para febrero de 2025, la AUH y la Tarjeta Alimentar combinadas alcanzaban a cubrir el 99% de una canasta básica alimentaria para un adulto equivalente.