Como pasa con muchas fechas que están relacionadas a personajes de la historia, no siempre sabemos sobre sus vidas. José Manuel Estrada es el protagonista del Día del Profesor y también de esta nota, porque su paso por la vida argentina fue realmente significativo.
Estrada nació en Buenos Aires en 1842 y quedó huérfano muy joven, así que fue criado por su abuela, Carmen de Liniers. Estudió filosofía teología, religión y humanidades en el Colegio de San Francisco, donde se forjó su fe católica, que defendería desde distintos ámbitos durante toda su vida. A los 16 años publicó su primer libro: Al descubrimiento de América.
En el año 1866 se inició en la docencia en la Escuela Normal. Allí escribió las consagradas Lecciones de Historia de la República Argentina, compiladas más tarde en un libro que publicó la Revista Argentina, también creada por él. Durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, Estrada fue nombrado Secretario de Relaciones Exteriores, y se le encargó la enseñanza de Instrucción Cívica en el Colegio Normal. En 1869 fue nombrado Jefe del Departamento General de Escuelas, cargo que desempeñó sólo durante un año. En esa época los maestros no tenían título ni se los evaluaba: Estrada organizó un ciclo de conferencias y cursos para su desarrollo profesional y propuso remover a quienes fueran menos competentes o tuvieran un injustificado ausentismo. Emilio Castro era el gobernador de Buenos Aires, y puso en práctica estas reformas de manera parcial, por lo que Estrada renunció.
El año 1871 marcó el comienzo de su actividad política: formó parte de la Convención Provincial Constituyente, encargada de redactar y sancionar la Constitución Provincial de 1874. La constitución provincial se había escrito en 1854 cuando todavía estaba separada del resto de la Confederación, y debía adecuarse al nuevo contexto. En 1873 fue electo diputado por la provincia de Buenos Aires. Durante ese mismo año, fundó el periódico El Argentino, en el que se publicaron muchos de sus estudios históricos.
Cuando Avellaneda fue presidente, le ofreció ocupar el cargo de rector del Colegio Nacional de Buenos Aires. Desde allí emprendió una serie de reformas en la currícula: agregó temas de Historia argentina para hacer brotar en los alumnos un sentimiento de patriotismo, e incorporó el estudio de las instituciones del federalismo. Además, impulsó un aumento en el salario de los profesores, ya que «la vocación del profesor no se confunde con la del mártir, ni con la del penitente».
La presidencia de Julio Argentino Roca, en 1880, marcó el comienzo de las acciones de Estrada en defensa del catolicismo. Se discutía por entonces la continuidad de la enseñanza católica en las escuelas y la ley de matrimonio civil. Para dar forma a la resistencia, fue elegido presidente de la Asociación Católica y fundó en 1882 el diario La Unión, desde donde encabezó una lucha constante contra quienes consiguieron la adopción de la enseñanza laica. Además, comenzó a realizar giras proselitistas por el interior, celebrando congresos católicos y lanzando sus más furibundas diatribas contra el Gobierno. En represalia, fue separado de todos sus cargos públicos. La Asociación transmutaría en un partido político, Unión Católica, con el que Estrada sería electo diputado nacional. En el Congreso, pronunció discursos llenos de vigor expositivo y que fueron centrales en varios debates, siendo recordada su oposición al tratamiento de la Ley de Matrimonio Civil, sancionada finalmente en 1888.
Luego de apoyar el gobierno de Juárez Celman, Estrada se incorporó a la Unión Cívica. Sin embargo, su salud empezaba a deteriorarse. Apoyó la Revolución de 1890 de manera testimonial, ya que se encontraba en la ciudad de Rosario de la Frontera reponiendo su estado físico. Cuando Luis Saénz Peña fue presidente, asumió como Ministro plenipotenciario en Paraguay, donde pensaba encontrar un clima más adecuado para su salud. En septiembre de 1894, su enfermedad lo venció y falleció en Asunción.
Estrada fue profesor, político y escritor, pero también fue un gran militante católico. Profesar su fe lo llevó a enfrentarse muchas veces con las ideas de sus superiores. En su postura frente a la ley 1420 (de educación laica) vemos una gran diferencia con Sarmiento. Mientras el sanjuanino fue el inspirador de esa normativa, Estrada la combatió. No es casual que se hayan elegido a dos personajes que fueron contemporáneos, pero que en muchos aspectos tuvieron ideas opuestas, para conmemorar fechas cercanas (el 11 y el 17 de septiembre) vinculadas a los educadores: se estaban sentando las bases del sistema educativo moderno argentino.