Luego de vencer a Bolsonaro en el balotaje de octubre con el 50,9% de los votos, este domingo 1 de enero, Luiz Inácio da Silva asumió la presidencia de Brasil. Tras jurar en el Congreso nacional, se trasladó al Palacio del Planalto para recibir los atributos presidenciales.
«Prometo mantener, defender y cumplir la Constitución, observar las leyes, sustentar la unión, la integridad y la independencia de Brasil», expresó el flamante primer mandatario del país vecino.
Ante la negativa del presidente saliente de hacer el traspaso de los atributos presidenciales, Lula recibió la banda de parte de un grupo de personas de etnias y minorías sociales que simbolizan la riqueza y la diversidad del pueblo brasileño.
En su discurso, Lula celebró la victoria de la democracia, brindó un mensaje de esperanza y recostrucción y recordó su primer mensaje, cuando asumió por primera vez la presidencia: “Dije que la misión de mi vida sería cumplida cuando cada brasileño y brasileña pudieran comer tres comidas al día. Tener que repetir este compromiso hoy es el síntoma más grave de la devastación que ha impuesto al país en los últimos años”.