Antes, durante y después de la Copa Mundial de Fútbol de Qatar, nos llegaron imágenes desde Bangladesh en apoyo a nuestra selección. La historia de ese amor por Argentina, por Maradona y por Messi se remonta al mundial de 1986, cuando el 22 de junio la Selección eliminaba, con la Mano de Dios y el Gol del Siglo, de manera épica y humillante a Inglaterra, otrora potencia colonial que subyugó a Bangladesh de manera cruenta por varios siglos. La repercusión de esta victoria fue masiva, ya que por primera vez en ese país se televisaba en vivo y directo un campeonato mundial de fútbol y la derrota inglesa se celebró de manera efusiva por el sentimiento anticolonialista bangladesí.
Bangladesh es la tierra de los pantanos y los humedales, siendo surcada por corrientes de ríos caprichosos y serpenteantes, con una temperatura media anual que oscila entre los 28 y los 40 grados. Esa misma naturaleza hace que la tierra sea altamente fértil para el cultivo de arroz, frutas y verduras. Esta nación es la séptima más poblada del mundo, con aproximadamente 168 millones de personas.
Su historia independiente es reciente. Luego de la independencia de la India del imperio británico en 1947, la situación en esta región surasiática era bastante inestable, fundamentalmente por la gran dispersión étnica existente y, para sumar dramatismo, comenzaron a surgir conflictos entre la India y Pakistán con motivo de disputas territoriales.
En ese contexto, el actual territorio de Bangladesh había quedado bajo el dominio de Pakistán, a pesar de estar separado geográfica y culturalmente de ese país, con la India entremedio. A esta zona se la denominó como Pakistán Oriental o Bengala Oriental. Esa separación hizo que el poder político se concentrara en el Pakistán Occidental, que comenzó un proceso de explotación política, económica, social y militar sobre la porción oriental, lo que llevó a que movimientos separatistas empezaran a tomar mayor vigor.
En medio de esa creciente conflictividad, el 25 de marzo de 1971 la denominada Liga Awami, bajo el mando de Mujibur Rahman, ganó las elecciones locales con un fuerte discurso independentista, victoria que fue ignorada por parte de las autoridades pakistaníes, siendo arrestado Rahman y comenzando un violento proceso de represión a la cultura y la política oriental por parte de Pakistán, denominado Operación Reflector.
El 26 de marzo, Mujibur Rahman declaró en prisión la independencia de Bangladesh. Los referentes de su partido que huyeron iniciaron en la India un gobierno en el exilio y comenzaron un proceso de resistencia liderada por el movimiento Mukti Bahini o “luchadores por la libertad”. Como respuesta, el presidente pakistaní ordenó restablecer al gobierno anterior, comenzando de esta forma la guerra civil.
El conflicto llevó a que millones de bangladesíes se refugiaran en las provincias vecinas de la India, lo que provocó una crisis humanitaria y económica en el país. Así el gobierno indio (enemistado históricamente con Pakistán) apoyó el movimiento separatista y organizó el ejército de resistencia de Bangladesh. Este fue el motivo del inicio de la guerra Indo-Pakistaní de 1971, que llevó a que las fuerzas indias y bangladesíes (apoyadas por la URSS) derrotaran militarmente a Pakistán (que tenía el soporte de Estados Unidos, Inglaterra y China), logrando ser desplazados al oeste.
Además, se llevó adelante una fuerte campaña cultural en contra de la guerra liderada por el poeta bangladesí Rabindranath Tagore (el primer literato no europeo en recibir el Premio Nobel de la Literatura), en la que tuvo especial participación la intelectual argentina Victoria Ocampo. La guerra finalizó además por intervención de las Naciones Unidas a través de la Res. 2793 de la Asamblea General, que instó a culminar el conflicto bélico (declaración en la que la delegación argentina ante la ONU tuvo especial protagonismo), lo cual llevó a la finalización de la guerra con la independencia de Pakistán Oriental, naciendo el nuevo Estado el 16 de diciembre de 1971, con el bijoy dibosh o día de la victoria de Bangladesh.
La historia de su vida independiente ha sido bastante tormentosa debido a recurrentes hambrunas con motivo de la altísima densidad poblacional (siendo una de las más crueles en 1974, en la cual Argentina realizó una donación de trigo, arroz y manzanas), desastres naturales principalmente debido a los fenómenos de los vientos monzónicos que azotan la región anualmente, como así también la pobreza generalizada.
Esas desventuras también se viven desde el punto de vista político. Una vez lograda la independencia, el país eligió como sistema de gobierno la democracia parlamentaria, con la figura de un Primer Ministro como cabeza del poder ejecutivo. Su primer mandatario, Mujibur Rahman, fue asesinado junto a su familia en 1975 por fanáticos nacionalistas, luego de que virara su gobierno hacia un sistema socialista. Con posterioridad a ese magnicidio, se sucedieron una serie de golpes militares culminando con el ascenso del general Ziaur Rahman, quien también fue asesinado en 1981 por el mismo ejército.
En 1982 tomó el poder el general Hossain Mohammad Ershad gobernando hasta 1990 cuando debió dimitir luego de revueltas civiles, apoyadas por partidos políticos y países occidentales, restaurándose la democracia en 1991, y resultando ganadora de las elecciones generales Khaleda Zia, viuda del general Ziaur, convirtiéndose en la primera mujer en gobernar el país.
Socialmente, el islam es su religión oficial establecido en la propia Constitución, no obstante, se garantiza el “mismo estatus y el mismo derecho en la práctica de las religiones hindú, budista, cristiana y de otro tipo”, como lo señala el Art. 2A de su Carta Magna. Según su último censo, los musulmanes representan más del 90% de la población, convirtiendo al país en el cuarto más poblado con fieles de ese credo del planeta, y dentro de la religión musulmana, la enorme mayoría pertenece a la comunidad sunita.
Al ser un pueblo ancestral, conserva tradiciones y costumbres especialmente con las prácticas agrícolas como el denominado nabonno (festival de la nueva cosecha), el pahela falgoon (primer día de la primavera) y la pahela baishakh (el año nuevo bengalí). Asimismo, es una sociedad jerárquica donde las personas son respetadas por su edad y su posición, por lo que los adultos mayores son tenidos como naturalmente sabios otorgándoles un profundo respeto.
Otro dato relevante es que es el cuarto productor mundial de arroz, siendo el alimento básico en la dieta de la población, que lo utiliza para todas las comidas, especialmente el curry. Además, el pescado también es un alimento popular entre los bangladesíes. Su plato nacional es el Hilsa al curry, un pescado presente en la zona.
El deporte más popular en Bangladesh es el críquet, importado desde la colonia inglesa. Esa popularidad ha llevado a ser convertida en una de las mayores potencias globales en dicha disciplina deportiva. No obstante, gracias a la selección Argentina de fútbol desde 1986 el fútbol comenzó a ganar mayor notoriedad, incluso en 1994 luego de la expulsión de Diego Maradona del campeonato de Estados Unidos, se declaró una huelga general en protesta hacia la FIFA. La última vez que nuestra selección pasó por allí, fue en 2011 en un amistoso en Dacca, ante Nigeria cuando pudieron disfrutar de la exhibición de Lionel Messi, evento que la prensa local calificó como “el evento futbolístico más importante de la historia del país”.
En cuanto a la economía, Bangladesh es conocida mundialmente por ser el lugar de fabricación de grandes marcas globales de ropa, siendo ésta su principal actividad económica. Esta tradición textil, especialmente la confección de la muselina, ese tejido que afirman era tan fino que 50 metros cabían en una caja de fósforos, llevó a Dacca a ser un importante centro comercial textil en los siglos XVII y XVIII, y que prosperó hasta la llegada de la East India Company, que con sus atrocidades abusivas (a tal punto de cortarles los pulgares a los tejedores de muselina para que no compitieran con los productos industriales traídos desde el extranjero) erosionó la pujanza que experimentaba por ese entonces.
Actualmente, las condiciones del trabajo textil suelen ser bastante precarias y la remuneración por esos trabajos dista bastante de ser la más equitativa. Además, se suma a todo este complejo sistema la falta de infraestructura que registra en todo su territorio, y no sólo en la capital Dacca donde viven casi 15 millones de personas, sino especialmente en las zonas rurales, ya que la red eléctrica es precaria y se calcula que más del 20% de la población no tiene acceso a dicho servicio.
No obstante estas dificultades, Bangladesh ha comenzado un proceso de reformas económicas y políticas que la ha llevado a estar entre las economías que más crecen a nivel global, diversificando sus producciones hacia la tecnología y los bienes de consumo duraderos, que le dan al pueblo bangladesí la esperanza de un mejor porvenir. En definitiva, Bangladesh, la tierra de los famosos tigres de bengala con sus tierras fangosas y verdes, asiento de un pueblo de tradiciones ancestrales con su profundo sentido de pertenencia a su cultura y a su idioma, su carisma característico, su solidaridad y su amor por el arte desplegado en edificios, camiones o simplemente en el maquillaje vistoso de sus mujeres, está camino a convertirse en una de las economías de mayor crecimiento a nivel global y, siendo uno de los países más poblados de la tierra, tiene mucho camino por recorrer. Durante la década del 70 en la tercera presidencia de Juan Domingo Perón, Argentina fue uno de los primeros países en reconocer a Bangladesh como independiente abriéndose una embajada allí, luego cerrada por la dictadura cívico militar. El próximo año se planea reabrir esa sede para celebrar los 50 años del establecimiento de las relaciones diplomáticas, afianzando los vínculos comerciales y de cooperación entre ambas naciones, como una forma de acompañar el sueño del nuevo tigre asiático.