El pasado lunes, el reconocido especialista en medicina de Emergencias y Magíster en Bioética, Carlos “Pecas” Soriano presentó su libro “Morir con dignidad en Argentina: Verdad o utopía”. En el mismo recompila su experiencia profesional de años y desarrolla un tema controversial con total naturalidad: el derecho a elegir cuando uno quiere morir.
En charla con Cuchá “Pecas” repasó algunos ejes respecto a un tema tan tabú en nuestra sociedad como lo es la muerte: “Me he dedicado mucho a esto. En mis 45 años de terapia intensiva he visto moribundos de todo tipo y entre ello, mucha gente morir mal. Morir indignamente”. Es ahí que encontró las razones para escribir este libro.
En el año 2012 se sancionó una Ley que autoriza la muerte digna. La Ley 26.742 permite retirar cualquier terapia física o biológica con o sin manifestación de causa; incluidos tratamientos de hidratación o nutrición cuando los mismos prolongasen una enfermedad irreversible incurable o terminal de grave sufrimiento ya sea físico o psíquico para el paciente. Soriano señala que hay mucha desinformación respecto a esta ley que tiene más de 10 años de vigencia: “esta ley es muy clara, y que está avalada por el articulo 50 y 60 del nuevo Código Civil. Lamentablemente la mayoría de la población la desconoce, como también una gran cantidad de profesionales de la salud”.
El autor del libro reconoce que los profesionales de la salud están preparados para salvar vidas y que “está bien que así sea. El problema es que no sabemos cuándo detenernos y en ese no saber cuándo detenernos pasa a ser parte del problema”. Entonces, ¿Cómo saber cuál es el momento de detenerse? ¿Es lo mismo la muerte digna que la eutanasia?
Semejanzas y diferencias con la eutanasia
La ley 26.742 que establece la muerte digna permite retirar el soporte vital cuando el paciente así lo solicitara o lo hubiese dejado escrito. En el caso que el paciente estuviera en coma, lo familiares. Mientras que en el proyecto de Ley de Eutanasia se establece que la eutanasia es a expreso pedido del paciente. A la vez que este pedido atraviesa varias etapas. En un primer momento es analizado por el médico a cargo del paciente y un médico de consulta que debe aprobar que realmente está padeciendo una enfermedad grave e irreversible. Después pasa por una tercera etapa, que es una consejería conformada por varios profesionales. Esta conserjería está conformada por un especialista que confirme que el paciente tuvo los beneficios que le brinda la medicina paliativa, también hay psiquiatras o psicólogos y deben asegurarse que el paciente haya tenido una buena terapia de salud mental. En este sentido, Soriano deja clara su postura respecto al proyecto de Ley: “Así evitamos que cualquiera que este deprimido momentáneamente pueda pedir la eutanasia. Es una ley ética y jurídicamente muy segura”. Quien inspiró el proyecto de ley es Alfonso Oliva, un cordobés que sufría de ELA. Debido al avance de su enfermedad, Alfonso necesitaba de la atención de cinco personas para poder vivir ya que en sus últimos días solo podía mover sus cejas. Es en su memoria que el proyecto de ley se lo denomina “Ley Alfonso”.
El debate moral respecto a la Eutanasia
Sus años de experiencia lo muestran seguro de sus palabras. Soriano no le esquiva al debate, sino que lo encara de manera frontal, con total naturalidad, por lo tanto al hablar sobre los debates morales que puede haber en la sociedad respecto a la muerte asistida, él no titubea en ningún momento: “España que es un país de raigambre católica como el nuestro, el 85% de los españoles estaba de acuerdo con la Ley de Eutanasia. En Córdoba, antes de ser tratada la ley, una encuesta de Gustavo Córdoba señalaba que el 68% de los cordobeses estaba a favor de la Ley de Eutanasia. Estoy presentando el libro en todo el país y lo veo claramente en cada una de mis conferencias”.
A su vez, al realizar la comparación con lo que fue el debate respecto a la Ley de Interrupción Voluntario del Embarazo, entiende que son debates superados y que se debe avanzar al considerar que es una propuesta que amplia derechos sin ir en perjuicio de terceros: “Cualquier ley que amplie derechos y no hiera la integridad de otro ser humano, es bienvenida por todos. En el aborto se discutía si había una persona o no. Acá se discute sobre mi cuerpo. Si la Ley del ILE fue aprobada, como no va a ser aprobada esta que no hay ninguna discusión, que es una decisión que estoy tomando sobre mi sufrimiento. Creo que no va a haber dudas en aprobarla”.
La ley permite morir con dignidad, ¿El sistema sanitario nos permite vivir con dignidad?
Desde finales del año pasado que en Córdoba se está realizando un fuerte reclamo por trabajadores y trabajadoras de la salud en el cual piden una recomposición salarial acorde a su trabajo, pero a la vez por más recursos humanos. Si bien el sistema sanitario del país estuvo a la altura durante los momentos más duros de la histórica pandemia del Covid-19, hoy está acusando recibo de aquellos esfuerzos. ¿Es posible que el sistema sanitario pueda garantizar la vida y la muerte digna? Soriano no le esquivó a la consulta y dio su punto de vista: “Rawls decía que todos los bienes que posea la sociedad: ya sea de riquezas, ganancias, trabajo, herencia, etc. deberían ser repartidos de forma igualitaria a menos que una distribución desigual devenga en beneficio de los menos aventajados. Eso es liberal. No solo que no seguimos los conceptos ni siquiera del liberalismo; sino que seguimos las políticas de un capitalismo salvaje que atropella la dignidad del ser humano, atropella al trabajador, precariza el trabajo”.
A esto, “Pecas” agrega un contexto cordobés respecto a la problemática de la salud y la precarización laboral: “el señor Schiaretti con la ley 10.333 y la 10.694 roba la plata de los jubilados. Precarizo a quienes trabajaron toda su vida. Le saca de sus bolsillos con el pretexto de la deuda con la caja de jubilaciones de la provincia. Sin embargo vos ves miles de millones de pesos en publicidad. Esto es una de las tantas inequidades y lo que pasa hoy en salud no es nuevo. Viene pasando hace muchísimos años”. Para Soriano hay un concepto fundamental que debe ser reanalizado: “La salud siempre es considerada como un gasto y no como una inversión. Ahí está el primer error”.
El rol del Estado a la hora de garantizar recursos
“Pecas” es consciente de que con la sanción de la ley no es suficiente. Lo sabe porque lo ha visto con la Ley de muerte digna. Lleva más de 10 años sancionada y aún a la fecha hay mucha desinformación al respecto: “Eso siempre es un problema. Pasa con la Ley de ILE y pasa con todo. Pasa con la ley de muerte digna, por eso salió el libro. Sino no había necesidad de salir el libro. La responsabilidad de que esta ley de morir dignamente sea conocida es fundamentalmente del Estado y cierta displicencia de los profesionales”.
Al tabú social que asistimos diariamente para evitar hablar de la muerte, “Pecas” elige asociarlo como parte de un recorrido inevitable al cual debemos transitar con dignidad: “Que mayor libertad que aquella de poder vivir dignamente y como parte final de esa vida, poder morir dignamente”. Elijamos no esquivar el tema en este camino esperando a que la muerte se vuelva humanidad.