A diferencia de las vacunas preventivas del calendario, Vaccimel forma parte de las inmunoterapias que buscan reforzar la respuesta del sistema inmunológico en pacientes ya diagnosticados. Su indicación es adyuvante: se administra luego de la cirugía, cuando los estudios determinan que existe probabilidad elevada de reaparición del tumor.
El tratamiento se compone de un esquema de 13 dosis aplicadas durante dos años. Las primeras instancias se orientan a activar una respuesta inmune robusta, mientras que las siguientes mantienen esa actividad para evitar la proliferación de células tumorales residuales. Las aplicaciones se realizan en centros especializados bajo supervisión médica.
El Laboratorio Pablo Cassará es responsable de la producción de esta terapia celular, luego de obtener la autorización para fabricar tratamientos avanzados de este tipo. Vaccimel se distribuye a través del circuito habitual de medicamentos oncológicos y no se encuentra disponible en farmacias.
El melanoma es el cáncer de piel más agresivo y puede desarrollarse tanto en áreas expuestas al sol como en zonas sin exposición. Sus manifestaciones varían en forma y color, por lo que la consulta temprana y la revisión de manchas o lunares resultan esenciales para acceder a opciones terapéuticas en etapas iniciales.

María Marcela Barrio (izq.), Mariana Aris, Ana Mordoh, José Mordoh, Alicia Inés Bravo e Ibel Carri, el equipo que desarrolló la innovadora vacuna
La estrategia poli-antigénica de Vaccimel busca entrenar a distintos clones de linfocitos para que identifiquen múltiples antígenos tumorales. Esto permite abordar mejor la diversidad celular del melanoma y reduce la posibilidad de que el tumor desarrolle mecanismos de evasión del sistema inmune.
Este hito local se enmarca en el crecimiento de las terapias celulares en el país, un campo en el que Argentina ya registra experiencia en cultivo, expansión y manipulación de tejidos. La investigación pública y la articulación con instituciones científicas permitieron avanzar desde los estudios en laboratorio hasta la aprobación regulatoria.
Se estima que cada año podrían acceder a esta terapia alrededor de cuatrocientos pacientes en estadios IIB, IIC y IIIA, siempre que la detección sea oportuna. La llegada de Vaccimel representa un avance significativo para la salud pública y refuerza el rol central de la ciencia argentina en el desarrollo de alternativas innovadoras frente al cáncer de piel.




