Hoy se cumplen 49 años del fallecimiento de Agustín Tosco, uno de los referentes más importantes del movimiento obrero cordobés y una figura central en la historia del sindicalismo argentino. Tosco, nacido en 1930 en Coronel Moldes, provincia de Córdoba, comenzó a trabajar desde muy joven en la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), donde se desempeñó como ayudante electricista. Su temprano compromiso con la defensa de los derechos laborales lo llevó a involucrarse en el sindicato de Luz y Fuerza, del que llegó a ser secretario general.
Fue uno de los protagonistas principales del Cordobazo, la histórica movilización de mayo de 1969 que unió a trabajadores y estudiantes en una de las rebeliones más grandes contra la dictadura de Juan Carlos Onganía. Desde su rol sindical, se destacó por encabezar una línea combativa y crítica, no solo contra los gobiernos autoritarios, sino también contra el sindicalismo burocrático que representaba a ciertos sectores.
A lo largo de su carrera, Tosco impulsó un modelo de sindicalismo democrático e independiente, basado en la lucha por la dignidad de los trabajadores. Como secretario general de Luz y Fuerza de Córdoba, y desde la conducción de la CGT Córdoba, lideró la postura más combativa dentro del movimiento obrero, enfrentándose abiertamente a las decisiones de las conducciones sindicales nacionales alineadas con los gobiernos de turno. Su lema siempre fue claro: la defensa de la clase trabajadora por sobre cualquier interés político o partidario.
A partir de 1974, luego del golpe de Estado que derrocó al gobernador Ricardo Obregón Cano en lo que se conoció como el Navarrazo, fue detenido y perseguido por sus ideales. Obligado a pasar a la clandestinidad, padeció una enfermedad que no pudo tratarse debidamente debido a su situación. Falleció el 5 de noviembre de 1975 en Buenos Aires. Hoy, su figura sigue siendo un símbolo de la resistencia dentro del movimiento obrero cordobés.