Cada año, los musulmanes alrededor del mundo celebran Ramadán. Se trata del noveno mes del calendario lunar islámico y el más importante, ya que se conmemora la revelación del Corán al profeta Muhammad. Durante Ramadán, los musulmanes tienen la obligación de realizar un ayuno diario, que va desde el alba hasta el ocaso, acompañado de reflexión, oración y crecimiento espiritual. Solo están exceptuados de ayunar los niños, las embarazadas, los ancianos y las personas con problemas de salud.
Las comidas son oportunidades para que los musulmanes se reúnan con otros miembros de la comunidad y rompan el ayuno juntos. El desayuno antes del amanecer generalmente se realiza entre las 4 y las 5 am, antes de la primera oración del día. La primera comida de la noche, conocida como iftar, puede comenzar una vez que haya terminado la oración del atardecer, normalmente alrededor de las 19:30. Siguiendo el ejemplo del profeta Muhammad, quien rompía su ayuno con dátiles y un vaso de agua, los musulmanes suelen romper su ayuno comiendo dátiles: un alimento nutritivo, de fácil digestión y que proporciona azúcar al cuerpo después de un largo día de ayuno.
En 2023, el Ramadán tuvo lugar desde el 22 de marzo hasta el atardecer del 20 de abril inclusive. Desde Cuchá compartimos una tarde en la Sociedad Árabe Musulmana de Córdoba y conversamos con Jihad Sleiman, su presidente. Allí conocimos en profundidad cómo vivieron este mes los musulmanes de nuestra provincia. “Los musulmanes de Córdoba siempre están atentos, queriendo saber exactamente el momento en que empieza el mes de Ramadán, los días y los horarios de rezo y de ayuno. Durante el día se llevan a cabo las oraciones obligatorias, algunas que son voluntarias y opcionales. Y a la noche, las oraciones del descanso. Una vez que los musulmanes rompen el ayuno se juntan, especialmente en nuestra institución, acuden las familias, debaten, rezan, participan de clases religiosas. Y luego, compartimos todos juntos la cena”, cuenta Sleiman.
El cumplimiento del Ramadán es uno de los cinco pilares del Islam, junto con la profesión de la fe, la oración diaria, el pago de la limosna y la peregrinación a La Meca. Durante este mes, además de abstenerse de comer y beber, quienes practican el Ramadán deben pasar tiempo con sus seres queridos, ayudar a organizaciones benéficas y recordar a las personas menos afortunadas. “Dios no necesita de una persona que deje de comer y de beber si esto no va acompañado de convertirse en una mejor persona. El Ramadán es el incentivo para que te vuelvas una persona honesta, trabajadora, activa, para que estés a disposición de la comunidad. No solamente de la comunidad islámica, sino de la comunidad en general, de toda la gente. El musulmán se brinda para que este mundo sea cada vez un más solidario y esto es parte de la enseñanza de este gran, hermoso y maravilloso mes”, explica Jihad Sleiman.
La comunidad islámica de Córdoba
Desde la Sociedad Árabe Musulmana de Córdoba indican que hay aproximadamente 20.000 cordobeses que profesan esta religión. La mayoría son descendientes de inmigrantes árabes que mantuvieron la práctica religiosa de generación en generación, pero también hay muchos musulmanes que nacieron en familias cristianas y decidieron convertirse al Islam. Además, suelen recibir a musulmanes extranjeros que por distintas razones vienen a nuestra provincia. La comunidad es abierta y albergan a todos aquellos que deseen acercarse al mundo islámico. Este año, la institución cumple 95 años. Desde su fundación, es el hogar de los musulmanes de Córdoba. Además, busca cumplir con las obligaciones que el Islam demanda, así como dar conocimiento a la comunidad en general sobre los preceptos del mismo.