El Gobierno nacional envió al Congreso el Proyecto de Presupuesto 2026, donde fija sus prioridades económicas y sociales para el año próximo. El documento proyecta un escenario de crecimiento, baja de la inflación y equilibrio fiscal. Sin embargo, como ocurre cada año, la discusión no se limita a los números, sino también a la credibilidad de los supuestos en los que se apoyan.
10 proyecciones clave del Presupuesto 2026
- PBI: la economía crecería 5%, tras un 5,4% proyectado para 2025.
- Consumo: aumentaría 4,9%, impulsado por la mejora del salario real y el crédito.
- Inversión: subiría 9,4%, con un rol central de la obra pública y el sector privado.
- Comercio exterior: exportaciones récord por USD 112.695 millones, pero también más importaciones (USD 118.447 millones), lo que dejaría un déficit de USD 5.751 millones.
- Inflación: caería al 10,1% anual en diciembre de 2026, desde 24,5% en 2025.
- Tipo de cambio: el dólar oficial se ubicaría en $1.423 a diciembre de 2026.
- Superávit fiscal: se proyecta un superávit primario de 1,2% del PBI (ingresos menos gastos, sin intereses de deuda) y un superávit financiero de 0,3% (incluye intereses).
- Gasto público: crecería 20,6%, con prioridad en jubilaciones, programas sociales y obra pública (+50%).
- Contexto nacional: el Gobierno busca sostener el equilibrio fiscal y la reducción de impuestos como anclas de la estabilidad.
- Contexto internacional: se espera un escenario de crecimiento moderado, inflación global en baja y precios elevados en alimentos y energía.
¿Ajuste o expansión?
Si bien el gasto primario aumentaría un 20,6%, los ingresos crecerían a un ritmo mayor. Esto implica que el peso del gasto sobre el PBI se reduciría. En términos prácticos, el Presupuesto no plantea un recorte lineal, pero sí un ajuste relativo: reasigna partidas hacia sectores prioritarios (jubilaciones, asistencia social, infraestructura) y contiene otras para garantizar el superávit.
Es importante señalar que los valores mencionados por el Presidente en la cadena nacional se refieren a las partidas presupuestarias asignadas, lo que no implica necesariamente que los aumentos lleguen de manera directa al bolsillo de jubilados, pensionados o beneficiarios de asignaciones. La actualización de estos haberes sigue siendo una decisión discrecional del Ejecutivo y no está garantizada por la simple inclusión de mayores fondos en el Presupuesto.
El desafío de la credibilidad
Más allá de las cifras, el punto crítico es si estas metas son alcanzables. El Presupuesto se apoya en que las exportaciones alcancen un nivel récord y que la inflación continúe bajando en un escenario internacional favorable. Pero existen riesgos:
- Clima: una nueva sequía afectaría al agro, principal fuente de divisas.
- Precios internacionales: una caída en soja, maíz, litio o energía reduciría exportaciones y recaudación.
- Actividad interna: si el crecimiento no llega al 5% previsto, los ingresos fiscales podrían quedar por debajo de lo esperado.
En síntesis, el Presupuesto 2026 presenta la hoja de ruta del Gobierno: equilibrio fiscal, crecimiento sostenido y desinflación. Sin embargo, el cumplimiento de estas metas depende en gran medida de factores externos y de un escenario que, aunque posible, es altamente exigente.