La narrativa construida (y consolidada) en torno a que los extranjeros “vienen a sacarnos el trabajo”, es uno de los estigmas que más circulan sobre aquellas personas que, por diferentes razones, abandonan su lugar de origen y se asientan en un nuevo país de residencia. Los migrantes, para buena parte de la opinión pública, son los responsables de la falta de trabajo y del deterioro de instituciones públicas, como la educación y la salud. Estos mismos discursos son los que alimentan una serie de prejuicios que se repiten y replican al infinito, tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales.
Pero por fuera de estas ideas instaladas en el sentido común, hay una trama sumamente compleja vinculada al sistema productivo que provoca que millones de personas en el mundo circulen en busca de mejores condiciones de vida tanto para ellos mismos como para sus familias ¿Qué hay detrás de estos desplazamientos poblacionales? ¿Qué búsquedas empujan a las personas a migrar? ¿Por qué en las últimas décadas se incrementó la proporción de mujeres migrantes? Para conocer un poco más sobre estos aspectos que atraviesan al mundo (y Córdoba, en este sentido, no es la excepción) hablamos con Sofía Arrieta, historiadora, docente e investigadora, quien nos propuso pensar algunas claves en torno al fenómeno migratorio.
Según Sofía, “la presencia migrante ha sido históricamente una anomalía, y es una presencia que está fuera de lugar, entonces hay que legitimarla y justificarla. Uno de los factores que permite esta justificación es el trabajo”. Por ello, “las formas en que las migraciones son pensadas varían históricamente y responden a un contexto histórico, político y socio-cultural, y son construidas principalmente desde el Estado, ya que es la institución que da status migratorio o ciudadano”, nos explica.
La vinculación entre los migrantes y los Estados, que deben tomar decisiones frente a los flujos de personas que ingresan, salen y se instalan en diferentes regiones de sus territorios, es verdaderamente compleja, ya que no siempre las personas encuentran garantías para su residencia, y sus derechos, en tanto migrantes, suelen ser vulnerados: “existen una serie de barreras que obstaculizan de diferentes maneras este derecho efectivo, a partir de una serie de marcas intersecciones que son: el origen nacional, la condición económica, la condición étnica, el género. Esto genera una distribución discrecional a estos derechos de los migrantes”.
4 CORRIENTES INMIGRATORIAS EN ARGENTINA
Nos cuenta Sofía que pueden establecerse cuatro grandes corrientes que fueron sucediéndose desde finales del siglo XIX hasta la actualidad. El primero de estos grupos está conformado por los llamados “migrantes regionales”, los cuales provienen fundamentalmente de Perú, Bolivia y Paraguay, y se constituyen como “una migración laboral que concentra fundamentalmente a sectores empobrecidos, y son históricamente racializados debido principalmente a sus marcas indígenas”. Además, agrega, son señalados como los responsables de “los problemas habitacionales, el narcotráfico, y la pobreza”, por parte de la opinión pública. Si bien, al ser países limítrofes, los flujos de personas han sido constantes, es desde la década de los 90 que la población de estos países creció en las principales ciudades argentinas.
Otra de las corrientes se corresponde a las provenientes de Haití y Senegal. Se trata de “una migración más reciente, de la última década aproximadamente, y son colectivos asociados a la negritud. Es una presencia que ha tensionado al ‘ideal blanco’ nacional construido históricamente. El incremento de esos flujos y sus trayectorias laborales, que fundamentalmente se dedican a la venta ambulante en zonas céntricas, ha generado una mayor visibilización y un aumento de la criminalización por parte del Estado, vinculada a su racialización”.
“Por otro lado tenemos a la migración europea, configurada históricamente como la ‘migración deseada’, la cual podemos dividir en dos ciclos. El primero entre 1870 y 1920, más o menos, y el segundo entre 1945 y 1960, aproximadamente. Hay como una diferencia entre estas dos olas, vinculada a que la primera fue fomentada desde el Estado con la idea de ‘poblar el desierto’, y pensando que este migrante europeo era el ciudadano ideal portador de ideas civilizatorias”, nos cuenta Sofía. Si bien el deseo de los sectores gobernantes era que llegaran principalmente los pobladores del norte del “viejo continente”, quienes ingresaron al país fueron principalmente españoles e italianos, “que trajeron además de estos ‘ideales civilizatorios’ ideas anarquistas, que no eran las más deseadas. Y la segunda ola, si bien tiene detrás el mismo ideal, se ha caracterizado por una promoción selectiva de ciertas dinámicas migratorias”.
El cuarto grupo tiene que ver también con una corriente migratoria reciente en términos históricos, y se corresponde con la llegada de ciudadanos venezolanos a partir de 2015, “cuando bajo la Presidencia de Macri se sanciona un decreto para fomentar la entrada de migrantes venezolanos, en el marco de lo que se denominó una ‘Crisis humanitaria’”, nos explica Sofía Arrieta, y agrega: “se puede decir que es una migración principalmente calificada, lo cual impacta positivamente en el imaginario social”.
MIGRANTES EN CÓRDOBA
Como anteriormente se mencionó, en Córdoba conviven colectivos identificados con diferentes nacionalidades que habitan en diversos puntos de la ciudad. Sobre algunas cuestiones particulares en torno a las características locales conversamos con Sofía, quien nos mencionó algunos ejes interesantes para pensar las migraciones en nuestra ciudad.
-Pensando en las migraciones recientes, de las últimas décadas, protagonizadas principalmente por otros ciudadanos sudamericanos, ¿por qué hay grandes flujos de migrantes que vienen a Córdoba?
-Siempre hay explicaciones macro, como razones económicas, sociales y políticas tanto del origen como del destino, que hacen que ciertos flujos vayan hacia un lado o hacia el otro. En este caso estamos hablando de migraciones Sur-Sur, que son diferentes a las migraciones Sur-Norte.
Esta diferenciación, como nos detalla más adelante, implica comprender que existen sustanciales diferencias entre quienes deciden partir de su lugar de origen hacia un país también sudamericano (en este caso), de quienes deciden irse hacia el norte (Europa o Estados Unidos, principalmente), siendo la familia el principal factor: “dada la cercanía, la reunificación familiar se hace más fácil que si hubiese sido una migración Sur-Norte. Si te vas a España, llevar a toda tu familia es más difícil que si venís a Argentina”. Además, agrega:
-En Perú, a partir de la década de los 90 hay toda una convulsión política que fomenta la expulsión, pero Córdoba principalmente se establece como destino principal por la cuestión de las redes migratorias. Las redes vinculares empiezan a ganar terreno explicativo a los factores macroeconómicos, políticos y sociales.
-¿Qué son esas “redes”?
-Las redes vinculares son… cuando vos tenías acá a tu hermana, amiga, vecina… hay un conocimiento previo de la ciudad que hace que vos vengas a Córdoba específicamente.
-¿Por qué se localizan en los mismos lugares de la ciudad?
-Porque estas redes vinculares que se convierten en redes migratorias, lo que fomentan es la ayuda mutua. También partiendo de la idea de pensar las migraciones como que ‘nunca son solitarias’. Por más que vos migres solo, nunca migras solo. Entonces, estas redes, en Córdoba, se han tendido muy fuertemente y por eso, por ejemplo, mis interlocutoras, todas migraron directamente a Córdoba.
Arrieta nos explica que el flujo migrante principal en Córdoba es de origen peruano, y fue constituyéndose en los últimos 60 años con fuerte presencia en algunos barrios de la ciudad. Al respecto nos comenta:
-Tenés una corriente que empieza en los 60 más o menos, que es de clase media y media alta, que vienen por la UNC a estudiar o a completar sus estudios, principalmente. En los 90 se empieza a ver una migración de clases sociales más empobrecidas que vienen buscando trabajo, principalmente, y también respondiendo a esta cuestión de las redes vinculares. Es una migración fuertemente feminizada en sus inicios: la punta de lanza son las mujeres, y después se hace la reunificación familiar.
FEMINIZACIÓN DE LAS MIGRACIONES
“La feminización de las migraciones es un proceso iniciado en el siglo XXI” nos explica Sofía en vinculación con una duda pendiente desde el inicio de la entrevista, a partir de que nos comentó que lo que viene sucediendo, desde hace ya varios años, es que buena parte de las migraciones en la actualidad son protagonizadas por mujeres. Sobre este asunto, nos explica:
-Hay toda una teoría de que el sistema capitalista se sustenta en las migraciones. Sin migraciones no hay capitalismo. Y en esta fase del sistema capitalista, los migrantes consiguen trabajo para migrantes.
-Entonces, este fenómeno se relaciona con las lógicas del sistema productivo…
-Claro. Este proceso de feminización de las migraciones está atado del funcionamiento de las cadenas globales de cuidado que, con el ingreso y el incremento de la presencia femenina en el mercado de trabajo de las clases medias y medias-altas, se volvió necesario ‘adquirir cuidado en el mercado’. Entonces ahí aparece la figura de estas mujeres migrantes que se dedican a los trabajo de cuidado, que siempre recae en manos femeninas.
-Que básicamente es cuidar niños, limpiar casas…
-Exacto, enfermeras, cuidados de adultos mayores… Cuando hablamos de cuidados, nos referimos al conjunto de actividades que son remuneradas y no remuneradas orientadas al sostén cotidiano de la vida humana, y son actividades dirigidas a continuar, conservar y reparar el mundo para que se pueda vivir en él. Por lo tanto, las clases bajas lo resuelven con el cuidado comunitario mientras que las clases medias y altas, compran cuidado en el mercado. Además, el cuidado se vuelve una opción laboral con continuidad generacional, es decir, las hijas en muchos casos heredan el trabajo de las madres, se van dedicando a lo mismo, fundamentalmente a tareas domésticas.
-¿Vienen con la idea de volver?
-Establecer generalizaciones es arriesgado pero, por lo que he visto, por lo general, es que vienen con la idea de volver en algún momento. Y después se van estableciendo acá, acceden a su casa, se estableen en el mercado laboral…
-¿Cómo se da ese proceso?
-Pensemos que los migrantes regionales llegan en la década del 90 e inicios del 2000, y se establecieron en barrios céntricos, como por ejemplo Alberdi. Son zonas donde se asientan temporalmente: alquilan una pieza o se hospedan en lo de algún conocido. El tema es que la reciente explosión del mercado inmobiliario ha ido desplazando hacia los márgenes a esas familias, y las expulsa del centro. Porque además hay una presencia economizada del Estado en la supervivencia y el asentamiento de estas poblaciones. Entonces se terminan estableciendo en barrios de relegación urbana, que son espacios sociosegregados, los cuales tienen características como la escases de accesos a servicios públicos, suelen ser tierras fiscales, en muchos casos tomadas de forma ilegal, con tramas urbanas irregulares y densamente pobladas. Y estas condiciones de precariedad también fomentan la organización comunitaria. Entonces, en esa organización se generan comedores que nuclean un montón de acciones en pos de mejorar la vida. Se organizan para pedir el agua, la luz, que pase el camión de la basura, etc., y para comer, básicamente. En este contexto, el trabajo de cuidado se va imponiendo como una posibilidad para estas mujeres migrantes, que en general tienen que complementar con otras tareas, porque económicamente no alcanza, claramente.
-Hay un período en el que la familia está separada…
-Reunifican igualmente bastante rápido. Y lo que hacen, en muchos casos, es dejar a sus hijos con sus madres, tías o hermanas. Y cuando son un poquito más grandes los traen. Y a muchas les pasa que los chicos crecen y después no quieren venir. Pero por lo general migran con sus hijos. Con los maridos también, pero por lo general migra primero la mujer. Esto es lo más frecuente en los últimos años.
Imagen de portada: Anita Pouchard Serra, para Revist Anfibia