Ya lo cantaba Atahualpa allá por 1944, las penas son de nosotros y las vaquitas son ajenas. En la lucha ambiental, muchas veces se ve reflejado esto de ver como acuerdos políticos o negocios priman por sobre la necesidad de cuidar espacios de bosque nativo, lagos, ríos o reservas hídricas.
El pasado lunes se conmemoró el día del ambiente, fecha declarada por la Conferencia de Estocolmo en 1972 y consagrado por las Naciones Unidas en 1974.
Es una buena oportunidad para repasar ¿Cuál es la situación ambiental de la provincia? ¿Se están llevando adelante las políticas necesarias para proteger el bosque nativo? ¿Cómo resolvemos la falta de agua en la provincia? Estas, entre otras, fueron las dudas que se buscaron esclarecer dialogando con Juan Smith, abogado y militante ambientalista.
Para entender la situación ambiental que estamos atravesando, hay que contextualizar el rol que tiene ya no solo la provincia de Córdoba, sino el país en el mercado mundial. Siendo que Argentina es un país que asume un rol de proveedor de bienes de materia prima, esto genera que se deban extender las fronteras de tierras productivas siendo los bosques nativos los grandes perjudicados.
Hoy en Córdoba solo queda un 2,6% de bosque nativo. Para Smith, esta delgada línea de equilibrio entre las escazas lluvias y bosques nativos en buen estado es lo que viene garantizando la provisión de agua. A la vez que entiende que la intención de traer agua del río Paraná es un capricho por parte del gobierno provincial: “El caudal de agua del acueducto es totalmente efímero. Es muy poco. Convierte a la obra en un capricho económico y financiero de endeudar a la provincia”. En este sentido agregó que se esconden los verdaderos problemas: “Abandonaste tus cuentas hídricas. Por ejemplo, permitiendo mega emprendimientos inmobiliarios como el de Candonga con la empresa Ticupil S.A”
Pero el problema del agua es solo la punta de un iceberg. El militante ambiental sostiene que la provincia está colapsada ya que la tierra y el agua están sometidas a la exposición de venenos y agrotóxicos, los espejos de agua están contaminados, entre el 2020 y el 2021 se han prendido fuego entre 500 y 700 mil hectáreas de bosque nativo. A todo esto le agrega que “no hay prácticamente localidad de la provincia de córdoba que no tenga un mega basural a cielo abierto que contamina napas y suelos”
El panorama es duro
En relación al análisis realizado por Smith, el panorama es sombrío ya que “se ponen en riesgo tres derechos fundamentales y garantizados por la constitución: El derecho a la salud, a la vida y al ambiente sano”
Incluso con las dificultades planteadas, las diversas asambleas ambientales que actúan en el ámbito provincial han tenido avances en sus reclamos. Posiblemente el punto más alto sea la imputación contra el ex secretario de ambiente de la provincia Raúl Costa. Smith señala que intentaran que “el caso sirva de mojón para lograr que funcionarios que abusaron de su autoridad en estos años puedan ser responsables penalmente de lo que han hecho”.
De la lucha política a la judicial
Sin embargo, son conscientes que la judicialización de los conflictos no es garantía de logros. Están viendo que hay una mora en las resoluciones y básicamente una falta de aplicación de la normativa medioambiental del país y de la provincia por parte de funcionarios y magistrados que toman los casos.
En este sentido están tomando una consigna nacida en la lucha por los derechos humanos, adaptada al contexto ambiental: “Desde las organizaciones ambientalistas de la provincia empezamos a hablar desde hace un tiempo de memoria verdad y justicia ambiental. Queremos relevar la historia de lo que paso en estos últimos 25, 30 o 40 años”
En palabras de Smith, “en Córdoba está cercenado el derecho al acceso a la información pública ambiental. Cuando vecinos y vecinas solicitan esta información, la información es retaceada” mientras que cuando la Provincia avanza en obras publicas que pueden afectar la salud y la vida de las personas, no informa a las poblaciones de forma temprana para que la población pueda definir si esos emprendimientos públicos y privados son queridos.
Los avances de las asambleas
No todas son malas para la militancia ambientalista de Córdoba. Además de la condena al ex funcionario Costa, la lucha ambiental ha logrado una medida cautelar en contra del emprendimiento inmobiliario en la cuenta media alta de la zona de Candonga. El enjuiciamiento a los empresarios que fumigaban y fueron condenados es otra victoria para quienes militan en las asambleas ambientalistas. Saben que es poco, que la manta no alcanza para todos, pero que deben ser valoradas.
La situación a nivel nacional
Cuando hablábamos al inicio, del rol del país como proveedor de materias primas, no solo pone a Córdoba en rol de tener que explotar su territorio en post de responder a la demanda internacional. Smith cuenta que “ninguna provincia del país igualo o superó los estándares mínimos de protección establecidos en las leyes de presupuestos mínimos en materia medioambiental que, por delegación de las propias provincias al Congreso de la Nación, dictó el propio Congreso”.
El problema del cuidado ambiental nos atraviesa a todos por igual. Con la particularidad que en Córdoba no solo no se cumplen los estándares nacionales, sino que “en Córdoba se bajaron por doble partida: tanto en la legislatura pero además todas y cada una de las municipalidades y comunas de la provincia a través de ordenanzas de uso del suelo, de fraccionamiento del suelo hicieron exactamente lo mismo. Por lo tanto es mucho más grave lo que está ocurriendo en Córdoba”
La mayor preocupación que tienen desde las asambleas es que se respeten las zonas rojas y amarillas: “Estos bienes comunes nos pueden servir a nosotros pero también a generaciones futuras. Donde hay zonas rojas y amarillas no debe producirse cambios en la reglamentación del uso del suelo” señala Smith. Las zonas de bosque nativo deben ser protegidas a perpetuidad para que las penas dejen de ser solo nuestras y que las vaquitas sean compartidas.