Los movimientos sociales son indiscutiblemente uno de los actores fundamentales de la realidad argentina. Compuestos por los sectores más vulnerables de la sociedad, quienes para conseguir mejores condiciones de vida deciden organizarse en agrupaciones o movimientos (en varios casos, incluso, forman parte de partidos políticos), irrumpen en las calles con sus propias demandas poniendo en tensión las desigualdades existentes. La paulatina consolidación de estos movimientos, que desde la última década del siglo XX fueron creciendo en cantidad, pero también en corrientes políticas e ideológicas, les permitió ir conquistando diferentes espacios, incluso dentro del Estado, colocando, en algunos casos, sus propios representantes en los poderes ejecutivos o legislativos. Córdoba, en ese sentido, tiene sus propios ejemplos, y Mariano Lorenzo es uno de ellos. En esta entrevista Sin Cassette indagamos sobre la economía popular, el movimiento cooperativo y sus vínculos tanto con el gobierno nacional como provincial.
Lorenzo es odontólogo egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, y cumple mandato en la Legislatura desde 2019 en el bloque de Hacemos por Córdoba. Como militante del Movimiento Evita, sostiene una estrecha relación con las organizaciones que integran la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), desde donde impulsa debates y proyectos que surgen de las necesidades de los sectores más vulnerables de la provincia.
Desde Cuchá, conversamos con el Legislador para conocer su mirada sobre la relación entre la política generada desde las instituciones del Estado y los debates en los barrios populares.
-Desde tu función legislativa sostenés un vínculo con los movimientos sociales y los sectores de la economía popular ¿Como ves la realidad de ese sector en Córdoba?
-Más que una vinculación, yo vengo de ese sector. Soy parte de la conducción del Movimiento Evita que hoy integra la Unión de Trabajadores de la Economía Popular ¿Y cómo la veo? Como la ven obviamente los representantes del bloque, y también como la ve Gobernador de la provincia de Córdoba. No es coyuntural este sujeto social, sino que vino para para quedarse. Y se fue organizando a través de lo que está en la esencia natural e histórica de nuestro pueblo, que es la construcción de un sindicato.
La creación de la UTEP, en 2019, fue un punto clave no sólo para la coordinación y fortalecimiento de los movimientos sociales, sino también para avanzar en conquistas que impliquen mejores condiciones de vida para sus integrantes. Al respecto, sobre el crecimiento de la UTEP en Córdoba, Lorenzo nos comentaba lo siguiente:
-Se va organizando, se va ordenando y se va a construyendo identidad. Y a través de esta herramienta también se buscan soluciones desde el poder adquisitivo. Es un sector que no es sólo resultado de una coyuntura, sino que vino a quedarse.
-¿Cómo consideras que fue la vinculación del Gobierno provincial con la economía popular?
-Mirá, desde que tomamos la decisión política de incorporarnos a Unión por Córdoba, lo más fructífero de ese acuerdo fue que entró también la agenda de la economía popular. Y entró de tal forma que fue la primera provincia donde un gobernador, en conjunto con las organizaciones populares, lanzó un programa para la economía popular, que permitió que un porcentaje de los recursos del Estado vayan directamente a la producción, la comercialización o tareas relacionadas con este sector. Y después se dieron impulso a iniciativas de las organizaciones populares, como como es el trabajo de integración socio-urbana relacionada a las obras públicas en barrios populares. Córdoba es una de las que más integración y más obra pública está generando en las barriadas populares. Esto también lo vemos en la en la Legislatura, donde algunos barrios relevados por el ReNaBaP, que es un registro nacional de barrio populares, son expropiados justamente para generar, sobre esos barrios, obra pública que ayude a un mejor vivir para esos sectores.
-Se observa un crecimiento de estos sectores de la economía popular ¿Qué análisis haces de este hecho?
-Yo creo que estamos atravesados, no solamente provincial o nacionalmente, sino regional y mundialmente, por un problema global vinculado con este nuevo capitalismo, que ya no es que acumula y goza, sino que goza de lo que va acumulando. Es decir, es muy difícil que deje de acumular, porque el goce ya está ahí. Esto va generando que haya un sector muy grande con limitaciones para acceder a un trabajo formal. En este proceso actual en el que estamos, muchas veces las organizaciones populares son estigmatizadas de diferentes formas. Hay que entender que no son planeros, son trabajadores y trabajadoras de un nuevo ciclo, de un mundo que cambió. Estoy seguro de que eso se va a ir modificando, porque las organizaciones populares, lo que vienen a traerle a la sociedad en sí, son soluciones, no problemas. Ninguna sociedad puede desarrollarse en un mundo tan desigual. Es un problema para toda la sociedad que exista un sector tan desigual y tan mayoritario. Entonces creo que esto naturalmente va a ir cambiando, y la sociedad va a ir entendiendo que es un sujeto trabajador al cual hay que generarle políticas para que su trabajo sea realmente mucho más eficiente.
-Justamente en noviembre se firmó, entre Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social y la Universidad Nacional de Córdoba, una serie de acuerdos que incluye capacitaciones a sectores vinculados a la economía popular incentivando el asociativismo y el cooperativismo como salida ¿Qué análisis realizas sobre esto?
-Mirá, creo que es una de las de las salidas a este proceso político y global que te comentaba recién. El trabajo y la producción es lo que viene a contrarrestar. En nuestro país el cooperativismo y el mutualismo vienen trabajando prácticamente hace más de 100 años viendo cómo contrarrestar justamente esa mirada individual que tiene el capitalismo, buscado la forma de desarrollar mejores alianzas y acuerdos entre estos nuevos sujetos sociales conformado por trabajadores y trabajadoras de la economía popular. Justamente el trabajo asociativo y el cooperativismo generan un montón de experiencias para volcarlas en este sujeto social, que, como te decía recién, son los trabajadores y trabajadoras de la economía popular.
-En relación con tus actividades legislativas, ¿qué proyectos te parece que representan mejor tus ideas dentro de la Unicameral?
-Hay varios que podemos rescatar. En 2021 se aprobó un registro de integración socio-urbana en Córdoba, para justamente empezar a trabajar con obras públicas en estos barrios que antes hablamos. También, después de trabajarlo mucho en las comisiones, se va aprobando la expropiación de barrios. Y además, el año pasado, por primera vez, la UTEP, junto con otras organizaciones populares, van a ser parte de la convocatoria a una audiencia pública por el presupuesto provincial. Esto es interesante, porque de las organizaciones populares tenemos también una mirada propositiva, y podemos discutir hacia dónde serían mejor que vayan algunos gastos que ya están destinados al área social, o al área de o al Ministerio de Hábitat y Economía Familiar. Las organizaciones populares van a tener una voz en esa audiencia pública. Creo que esto también es un avance sumamente importante.
-Frente a la presentación de estos tipos de proyectos que antes mencionabas, ¿cómo se posiciona las oposiciones políticas? ¿Qué miradas tenés sobre ello?
-Por lo general, con una mirada crítica pero constructiva, acompañan por unanimidad, sobre todo con proyectos como el que te mencionaba de las expropiaciones. Creo que los consensos son tan importantes. Casi siempre se dan, y por ahí, si no se dan, es porque también nosotros tenemos que hacer una autocrítica desde la política, o es necesario discutirlo más. Pero por lo general, cada vez que se presentan algunos proyectos que tienen que ver con el mejoramiento del sector, salen por unanimidad.
-Saliendo un poco de la política provincial, y para reflexionar sobre algunos asuntos que, en los últimos años, vienen marcando agenda, queríamos saber tu opinión o valoración sobre el rol de la democracia en la actualidad, en referencia a que, cada vez con más recurrencia, aparecen discursos públicos que la cuestionan o discuten sus valores. El mismo atentado contra Cristina Kirchner hace unos meses, o declaraciones de influencers o dirigentes políticos que plantean salidas de extrema derecha.
-Como primera reflexión, hay que entender que se vive una situación muy compleja, y eso mismo se ve en los barrios. Hay una gran desesperanza, y sobre esta desesperanza surge un sector que no representa para mí la “antipolítica”, pero que obviamente se muestra como tal. No representa porque se trata de una política que, en base a discursos de odio, va penetrando en estos sectores desesperanzados. A nosotros obviamente que nos movilizó mucho este intento de magnicidio a la Vicepresidenta, porque es ahí hasta donde están llevando a diferentes sectores de la de la sociedad, que son pocos, pero muchísimo odio. Y así se va atentando contra una herramienta que es indispensable para los sectores populares, que es la política. Porque más allá de los buenos o malos políticos, la única herramienta capaz de transformar la realidad y generar igualdad para un pueblo es la política. Esto no está pasando solamente en la Argentina, sino está sucediendo a nivel mundial.
El intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner el jueves 1 de septiembre marcó profundamente los debates en torno a los límites de los discursos públicos y su amplificación a través en los medios masivos, y cómo van desgastando paulatinamente la consistencia de las instituciones democráticas. Mariano Lorenzo no solo repudia el atentado, sino que muestra profunda preocupación por las consecuencias que estas acciones genera para el funcionamiento de la sociedad. Sobre estos aspectos, y el peso de las “nuevas derechas”, nos comentaba lo siguiente:
-Sinceramente, con total honestidad se los se los digo, por ahí puede parecer de cierta forma un poco morboso, pero yo no dejé de imaginarme la situación si esa bala salía. Esa situación era la herencia para toda una generación. Luchamos permanentemente para dejarles otra Argentina a las siguientes generaciones, y no la del odio. Creo que la política, no solamente en nuestro país, tiene que empezar a discutir y darles respuesta a estas políticas del odio. Justamente ayer escuchaba “mirá pueden ganar elecciones”. Pero no perduran, porque su plan económico va siempre en contra de los trabajadores. Lo vimos con Bolsonaro y con el propio Macri. Cuando llegan al gobierno, las políticas que llevan adelante son las ya conocidas, son de ajustes. Pero tenemos que visualizar que para ir generando justamente la posibilidad de acceder al gobierno, van generando un discurso de odio. Lo van construyendo, y por ahora es un sector minoritario, pero que se va expresando en la sociedad. Es algo que la política tiene que revertir generando soluciones concretas para nuestro pueblo.