El litio es uno de los minerales más requeridos del momento en el mundo. Su demanda aumentó notablemente en los últimos años como un insumo clave para la fabricación de las baterías que se utilizan en vehículos eléctricos, artículos electrónicos y para almacenar energía renovable. En 2022, Argentina produjo 33 mil toneladas de litio, el 5% de la producción mundial, y se ubicó como el cuarto productor mundial después de Australia, Chile y China. Sin embargo, la producción actual es baja en comparación a la proyección a futuro. Veamos por qué.
Según datos de la secretaría de Minería, Argentina tiene 38 proyectos en cartera que tienen como mineral principal el litio, y la gran mayoría están en etapa de exploración avanzada. Salta encabeza el ranking con 17 iniciativas. Tiene dos proyectos en construcción, tres en evaluación económica preliminar, diez en exploración avanzada y dos en factibilidad.
Le sigue Catamarca con 14 proyectos en cartera: uno en operación, dos en construcción, ocho en exploración avanzada, dos en evaluación económica preliminar y uno en prefactibilidad. Completando lo que es conocido como “El Triángulo del Litio” (Argentina, Chile y Bolivia), continua Jujuy que cuenta con seis proyectos en marcha: uno en construcción, uno en exploración avanzada, dos en prefactibilidad y dos en producción. A todos estos se suma San Juan con un proyecto en etapa de exploración avanzada.
Como podemos ver, la mayoría de estos proyectos no están aún produciendo. Las 33 mil toneladas de litio exportadas en 2022 surgen de los emprendimientos los tres proyectos en etapa de producción que son: Fénix, que se puso en operación en 1998 en el Salar de Hombre Muerto, de la empresa Livent en Catamarca. El segundo fue el Salar de Olaroz de Sales de Jujuy y Allkem, que produce desde 2018. El último que se sumó fue Olaroz Cauchari, también en la provincia de Jujuy, de la firma Exar. Puede producir hasta 40.000 toneladas de carbonato de litio, pero aún no lo hace a plena capacidad. Este es el más grande del país en operación actualmente. Cabe destacar que los dos proyectos en operación más antiguos buscan expandir sus capacidades. Sales de Jujuy aumentará 25.000 toneladas, mientras que Livent, en cada una de sus dos fases de expansión, sumará 20.000 toneladas.
Con los proyectos en marcha se calcula que para 2025 Argentina estará exportando por encima de las 200.000 toneladas de litio. Sin contar proyectos nuevos y ampliaciones de los existentes que se puedan sumar.
El principal destino de las exportaciones del litio argentino fue en 2022 China (41,5% del total de ventas al exterior), seguido por Japón (30,7%), Corea del Sur (12,8%) y los Estados Unidos (9%). Los 3 países asiáticos acaparan en la actualidad el 87% de la demanda mundial de litio.
En la Argentina, la regalía que se cobra a las empresas es de alrededor del 3% a boca de mina (es decir, tal como es extraído el mineral), un monto ínfimo para uno de los principales recursos naturales con los que cuenta el país. Además, su extracción implica una enorme pérdida de agua y riesgo de salinización del suelo, lo que amenaza a los frágiles humedales de la Puna y los Altos Andes. Una situación que en general recuerda a la extracción de minerales en la historia argentina y latinoamericana. En el Congreso se han presentado diferentes proyectos de ley para declarar al litio como un “recurso natural estratégico” pero aún ninguno avanza. A lo que se suma que quienes han estado a cargo del Poder Ejecutivo en los últimos años no tomaron la decisión de aumentar la alícuota de sus exportaciones.